Nuevo Culture

Teresa Blanco y Miguel Rico, Versalles en el norte

Teresa y Miguel se conocieron el primer año de universidad: “Fuimos novatos juntos y una de las cosas que tuvo que hacer Miguel el día que nos conocimos fue cantarme la canción de Tanto la quería, la misma que me cantó el día de la boda”. El día de Teresa fue inolvidable, siempre había soñado con casarse en el Pazo de Oca, la primera semana de septiembre, y dicho y hecho. Estas imágenes hablan por sí solas.

Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
Jorge Acuña fue el encargado de firmar el precioso vestido de Teresa. Líneas puras para un look impecable. Su madre y su hermana también confiaron en el diseñador gallego.

Miguel le pidió la mano en La Granja de San Ildefonso: “Lo organizó todo, cosa poco frecuente en él y que me hizo sospechar. Sin embargo, sí que me sorprendió con un anillo precioso y teniendo ya reservados el lugar y fecha de la boda”, nos cuenta Teresa.

La novia se casó con un precioso vestido de Jorge Acuña, sencillo, elegante y con los toques perfectos de sofisticación: “Tuve mucha suerte con Jorge porque tanto mi madre, mi hermana y yo conectamos con él desde el primer minuto, tanto es así que las tres fuimos vestidas de él”.

Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
Teresa y Miguel se dieron el ‘sí, quiero’ en San Martín Pinario, en Santiago de Compostela. El espectacular retablo sorprendió a los invitados, que no quisieron perderse el gran día de estos novios. Arriba, los Pajes: “Los pajes fueron nuestros sobrinos; los tres niños mayores iban vestidos de La Bubé y el pequeño, que iba en la cestita, y las niñas llevaban trajes a medida realizados de manera artesanal con lino y encaje de camariñas, de Dosel.

El resultado fue un diseño con capa que cerraba en el cuello con un detalle bordado. Los accesorios fueron otro de los puntos fuertes del look de Teresa: “Llevé tres pares de zapatos, para la iglesia unos stilettos de Gianvito Rossi. Después, para la celebración, unas sandalias con tacón más ancho, de Just Ene. Y por último, para la fiesta llevé unas alpargatas de Castañer”.

Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
“Siempre me quise casar la primera semana de septiembre, como mis padres”. “El pazo data de la segunda mitad del siglo XV, cuando don Álvaro de Oca ordenó su construcción sobre los restos de una antigua fortaleza del siglo XII. La construcción es maravillosa y destaca, sobre todo, por tener unos jardines increíbles”. En cuanto a las joyas, “llevé el anillo de pedida, unos pendientes de brillantes y oro blanco de mi madre, regalo de mi padre, y una pulsera de brillantes, platino y oro amarillo de mi abuela, que le regaló mi abuelo”.

Así fue imposible que en la fiesta pararan de bailar. De la organización de la boda se encargó El Sofá Amarillo, y estos fueron los ingredientes: un menú firmado por un estrella Michelin, Pepe Solla; la decoración floral y el ramo de novia de Elena Suárez, y un gran fin de fiesta coordinado por The Boda Producciones. Todo un canto al amor.

Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
Boda Teresa Blanco y Miguel Rico NOVIAS 2203©Volvoreta
El pazo es conocido como el Versalles gallego, por ello, la boda estuvo pensada para que fuese cien por cien exterior. Carpas, cóctel alrededor de los jardines… Cada detalle estuvo mirado al milímetro para que la decoración fuese perfecta. “Solla sirvió primero un cóctel entre los jardines del pazo, con diferentes estaciones y puestos de ‘showcooking’, mezclando cocina en directo con puestos de cocina gallega”.


Author