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Fobias de impulsión: cómo vencer el deseo de hacerse daño

Dentro de los problemas psicológicos que puede sufrir una persona se encuentran las fobias de impulsión. Ejemplos de este trastorno pueden ser una madre que cree que, en un ataque de ira, puede hacer daño a su hijo o una persona que, en un momento delicado piensa que puede herirse seriamente a sí mismo tirándose por un balcón o dejándose atropellar. Estas escenas que se imagina claramente la persona que sufre fobias de impulsión generan tanta ansiedad en el individuo que para aliviarla desarrolla pensamientos o comportamientos para mitigarla (compulsiones). 

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Las fobias de impulsión, según la psicóloga Pilar Guerra Escudero, psicóloga clínica y coach ejecutivo (www.pilarguerra.es) son “un tipo de trastorno de ansiedad en el que las personas experimentan miedos intensos y persistentes relacionados con la posibilidad de perder el control y realizar actos impulsivos o dañinos”. Estos miedos intensos e irracionales suelen estar vinculados con un “temor abrumador de perder el control y llevar a cabo acciones que podrían ser dañinas, ya sea hacerse daño a sí mismos o a los demás”.

¿Cómo se manifiestan las fobias de impulsión?

En cuanto a los síntomas típicos, “los síntomas pueden variar, pero suelen incluir ansiedad extrema, pensamientos intrusivos y perturbadores sobre realizar actos violentos o peligrosos, y un miedo abrumador a perder el control”. Estos pensamientos suelen generar “gran angustia” y a menudo van en contra de “los valores y deseos de la persona”.

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¿Cuál es la causa?

Respecto a qué proboca las fobias de impulsión, la psicóloga explica que “la causa exacta puede ser compleja y multifacética, básicamente factores genéticos, neuroquímicos y experiencias traumáticas pueden contribuir al desarrollo de fobias de impulsión”. Además, estas fobias suelen estar relacionadas con trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) y trastornos de ansiedad.

El diagnóstico se realiza a través de la “evaluación clínica realizada por un profesional de la salud mental”. En esta evaluación, se explorarán los síntomas, la historia personal y cualquier factor desencadenante potencial. La atención se centra en la naturaleza de los pensamientos obsesivos, la ansiedad asociada y cómo afectan la vida diaria. La colaboración entre el paciente y el profesional es fundamental en este proceso.

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¿Cómo se tratan?

En cuanto al tratamiento, “el tratamiento puede incluir terapia cognitivo-conductual, que ayuda a cambiar patrones de pensamiento negativos, y terapia de exposición, que gradualmente expone a la persona a situaciones que generan ansiedad para desarrollar una respuesta menos intensa”.

Para superar las fobias de impulsión, subraya la psicóloga Pilar Guerra, hay que “buscar ayuda profesional”. Y es que, además de un tratamiento psicológico, puede ser necesario el seguimiento a cargo de un psiquiatra para administrar fármacos específicos. “En algunos casos, la medicación también puede ser considerada, con medicamentos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) para aliviar la ansiedad”, indica esta experta. 

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Pasos para superar las fobias de impulsión 

Con un tratamiento psicológico y farmacológico adecuado, las personas que sufren fobias de impulsión pueden superar su trastorno. Pero es importante recordar que también es necesario el autocuidado. La persona debe comprometerse con su propia salud para poder vencerlas: 

Hábitos saludables: esto incluye llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y asegurarse de dormir lo suficiente. El estrés y la ansiedad suelen empeorar cuando no cuidamos de nuestro cuerpo, por lo que mantener hábitos saludables puede ayudar a reducir los síntomas de las fobias de impulsión.

Mantener rutinas regulares: por ejemplo, manteniendo un orden y horario regular en las comidas, al hacer ejercicio, por supuesto, en el trabajo y en el descanso nocturno. Todo ello reduce la incertidumbre y la ansiedad.

Buscar el apoyo de familiares y amigos: hablar con amigos y familiares acerca de los miedos y preocupaciones puede ser liberador. También pueden proporcionar apoyo emocional y acompañamiento en momentos difíciles.

Llevar a cabo técnicas de manejo del estrés: por ejemplo, la respiración profunda, la meditación, técnicas como el yoga, pueden ser herramientas efectivas para controlar la ansiedad relacionada con las fobias de impulsión. Además, el terapeuta enseñará técnicas y estrategias para reducir los síntomas de ansiedad cuando surjan pensamientos o situaciones desencadenantes.

Participar activamente en el tratamiento:esto implica seguir las pautas del tratamiento, asistir a las sesiones programadas y ser honesto acerca de los sentimientos y experiencias. 

Paciencia y compromiso: la psicóloga concluye destacando que la paciencia consigo mismo y el compromiso con el tratamiento son claves en el proceso de superación. La recuperación no ocurre de la noche a la mañana, y es normal enfrentar altibajos en el camino. La persistencia y el enfoque en el tratamiento son esenciales para avanzar hacia una vida más libre de ansiedad.

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